El correo perdió una carta
A Maliachi Estimada Fabiola: Iba a reclamarle al tiempo que no nos deje continuar con la charla, pero es sordo y está ancho devorando todo signo de estabilidad. Aún así, las sobras de los recuerdos nos alcanzarán para llegar hasta acá: el final. Regreso al primer día porque está impreso en mi diario: Mientras la profesora de literatura terminaba la monografía de Rayuela sobre su escritorio, erguida en ese negro envoltorio pegado al talle, mis ojos miraban a un horizonte sin ****, un azul sin nubes que me obligaba a leer a Cortázar después de la ruptura (agosto, 2024). Fue solo un comentario sobre la riqueza de Rayuela , y claramante mi relación terminó pronto, pero fue ahí que me di cuenta que la luz ya medio muerta de mi alma podía seguir reflejando pensamientos creativos o videncias destructivas. Si este curso tuviera cuerpo estaría enamorado, querría que continuara conmigo hasta la muerte. Rogaría por su cariño. Nunca he amado así. Aunque quizá todo el ciclo acadé...