Envidia o de ósculos y danzas

La fiesta en la que estábamos ya me había exasperado, tome para que todo girara y, al menos, tuviera un sentido (o lo perdiera). Vi a Roy besar por montones; sus finas facciones y sus patillas de Iturbide estaban acostumbradas a conquistar. Aldo y Val por el otro lado se amaban, jugaban con la eternidad, en un beso se perdían. Y, Franco bailaba con cualquier extraño que se dejara: sus piernas y caderas eran de cubano.

Me arrinconé entre las bocinas para gritar. Me resbalé y quedé tirado en cuclillas entre cerveza y gomitas. No tenía la belleza colonial, ni la fusión romántica, ni la pasión dancística, ¿entonces, qué hacía ahí? Era inservible. Ahora empezaba la rueda a girar. Vomité emociones y lágrimas. Me quería bajar. Me rasqué la piel hasta que se irritó. De pronto, tenía a todos mis amigos mirándome como se mira el ataque de un esquizofrénico. El día ya estaba arruinado y nos fuimos. 

No hay otra palabra más que envidia. Si después me arrepentí o sentí deshonor era cosa del futuro. Cambié mi sangre por alcohol y mi humanidad por animalidad. No es que odiara a Roy, sino que quería ser él, quería besar a esa rubia y a esa morena; tampoco deseaba la muerte de mi mejor amigo Aldo y de su novia, quería besarlos a ambos, que alguien me amara como ellos lo hacían; si anhelaba que Franco se cayera, solo fue porque ansiaba su ir y venir, su fortaleza, su falta de envidia, su cumbia santa que atraía miradas y sonrisas. 

No sabía que acudirían todos, que se preocuparían sobremanera. Quizá eché a perder la fiesta para irnos pronto y, aunque no fuese a propósito, me alegré de salir de ese hoyo de miseria propia.

Lo importante es que esa envidia no fue provocada por el alcohol. Esa envidia la minó mi cerebro, a partir de conclusiones lógicas que aprendí con el tiempo. La belleza de Roy se confrontaba con mi autodeterminación como feo, feo para esta sociedad, feo para conseguir algún beso o el amor de Aldo y Val. Y la música solo me decía que debía bailar perfectamente. La fiesta es sociedad y el baile lenguaje, si no bailas no eres parte, mueres aislado, incomprendido.

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