Un quinto

Todos creemos al principio 

que podremos controlarlo.

-William Burroughs

Para el retrasado no hay desayuno. Sol sin núcleo. Subes las nubes del cerro en carroza social. No lloras porque ni agua llevas en los ojos. Rozas tus hombros con los de un hombre de 90 kilos, cada fricción arde, pero no hay lugar mejor para ti.

Bajas con los brazos hinchados a hincharte el cuerpo. En el subterráneo diez mil carnes en ebullición. Un olor a cebolla te devuelve el miedo a la falta de sabor en la panza, la bilis hambrienta quiere brotar sobre la calva de un diputado.

Notas para un examen que ya no notas de un francés que ya no explotas porque te ha surgido un interés por lo propio, lo nacional, lo decolonial. Pero prefieres un Yonqui, antes que un drogué o un teporocho. Y persigues a Burroughs en sus serifas. Acuciosa sensación compartida de morfina, y el cuerpo tiembla; aunque quizá sea el exceso de mots (moho) o la abstinencia de nutrientes. 

Bajas. Mientes. Un cigarro. ¿Qué es un cigarro? Muerte, dice mamá, muerte de mi madre y muerte tuya. Llora. Cero cigarros.

Aula plena, pero vacía de autoridad: junta de alumnos en calidad de condenados. Salones contiguos, amantes divorciados: el de ellos, oyentes no nativos; el nuestro, salón de prueba, bastidores, rompedor de piedras, de piernas.

Preparas una exposé sur le stress mientras tu pierna se masturba tras el asiento de un compañero americano, te pide que pares, ya hemos ensayado. Y el hambre y el cigarro.

El cigarro. Con alcohol mejor porque sube al cráneo. Pero sin alcohol ahora porque baja a las manos, al corazón, al ano, o a la pierna. ¡Mentira, mentira, mentira! Mil reportajes, investigaciones, abstracts, campañas baratas. Mil.

Pero el humo sube hasta el cielo, cómo no va a ser sagrado. Fumar, excusa para parar, hacerse cargo una vez del tiempo, ahorcarlo, morderlo, besarlo, tenerlo. La adicción es hábito y este sería el quinto de la semana. No soy adicto. Tu turno. ¿Sin cigarro? Sin cigarro.

Hay estrés, pero no ansiedad. Caras conocidas que el humo habría bloqueado. Bonne chance. Bon exposé. Muebles sin clavos, construcción exitosa.

Sobre la rampa un faro: Axel. Un cigarro. El quinto de la semana.

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